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Me voy fuera a estudiar inglés
- Me gustaría ir a estudiar inglés fuera.
- Necesito ir a Inglaterra para espabilarme.
- Me da miedo pero si no me voy al extranjero no voy a aprender nunca inglés.
Y mil frases más de desesperación que escuchamos a menudo. Es cierto que la experiencia de irse a un país extranjero con una inmersión lingüística al 100% si que será efectiva. ¿Pero en cuántas de las estancias se consigue una inmersión total? Vamos a analizarlo.
Tengo 13 años y mis padres quieren que me vaya fuera a estudiar inglés… en estos casos, ya sean 11 o 15 años, hay que esperar a que el adolescente tenga la suficiente madurez como para irse solo. No es conveniente enviar a tu hijo si tiene miedo de ir solo porque esto le puede ocasionar un mal trago innecesario. Si realmente son los padres los que quieren, hay millones de programas en los que los adolescentes reticentes a estos viajes, se puede sentir más cómodos y más seguros. Sólo hay que buscar y esperar a que tu hijo sea el que decida.
Por supuesto, en estas ocasiones, es mejor empezar con estancias de 1 o 2 semanas. Ya vendrán solas las ganas de viajar más de 1 mes… cuando hayan probado la experiencia de estar solos y defenderse con el idioma, volverán con mayor madurez y esto será, realmente, lo que hayan aprendido. Por eso, el aprendizaje de un idioma como objetivo de las estancias en el extranjero para un adolescente pasará a un segundo plano, lo importante debe ser la experiencia de superación personal y la seguridad con el idioma.
Para los adultos es diferente… el adulto que necesita irse fuera es porque tiene un nivel bajo y lo considera imprescindible. En esos casos, es recomendable que durante el año se haya hecho clases de inglés y que la estancia sea para poner en práctica lo que ha aprendido y coger soltura a la hora de comunicarse. Pero efectivamente, el adulto no busca experiencias donde se vuelva con mayor madurez (aunque también se consigue), busca aprender el idioma.
Para ambos casos, el estado en el que nos encontramos puede hacer que la experiencia de irse fuera sea mejor o peor, y no nos referimos a más o menos provechosa, sino que nos aporte más o menos en nuestras vidas personales.
Natalia Bordas
Directora de Administración y Finanzas en Global Idiomes